CONSUELO
Te miraba fijamente y tus dientes no se podían notar,
tus ojos ya no eran los mismos,
estaban mas oscuros como de costumbre.
Tu cabello se movía con el viento y tus lagrimas espesaron a caer,
cuando menos noté el reloj,
me bastaba con abrazarte y un poco mas.
Tus palabras se bloqueaban,
tus manitos temblaban,
tu boca no podía callar,
vivías para contarlo... vivías para contarlo.
O tal vez no era así,
preferías las muerte ante la pérdida del amor,
lo darías todo, y diste tu corazón.
Quizá tú te apresuraste a correr,
cuando decidimos caminar;
Los senderos son exclusivos, incontenibles, confusos, dolorosos.
El amor es un árbol, y el árbol con el tiempo se secó,
Y en este otoño no me queda otra acción, mujer, que abrazarte
y ponerme a contar con vos que todos los días nace uno de ellos.
Y para eso:
¡Hay que vivir para contarlo!
Musa inspiradora: Gabriela O.
[Haciendo Catarsis]
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